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¿Te asusta regresar a la “normalidad”?

¿Te asusta regresar a la “normalidad”?

Dra. Yarissa M. Tolentino

“Mi hogar es mi templo. Es el lugar donde me siento segura, a salvo”. Estas palabras las repitió Doña Ana (nombre ficticio) a su hija. La pandemia llegó para quedarse y ella no arriesgará su vida después de un año y medio sin salir de su casa.

Doña Ana se rehúsa a regresar a “una supuesta normalidad” porque no quiere enfermarse y, mucho menos morir. Esta historia de Doña Ana puede ser la tuya porque son muchas las personas que reniegan iniciar el camino hacia la normalidad porque sienten miedo de abandonar su hogar protegido contra el coronavirus. Todos estamos conscientes de que la pandemia llegó sin avisar y nos obligó a un confinamiento por varios meses. Para algunos supuso una oportunidad de crecimiento, para otros, descontrol y preocupación excesiva.

Hay quienes utilizaron el tiempo para retomar proyectos, pasar tiempo en familia, descansar, hacer ejercicios y comenzar un estilo de vida más saludable. Sin embargo, no todo el mundo es igual y hay quienes no lo pasaron bien y aún lo están pasando mal. ¿Cómo te sientes tú? ¿Te sientes preparado(a) para regresar a la “normalidad”?

Los bloqueos emocionales como (irritabilidad, miedo, inquietud y soledad, etc.) pueden desencadenar comportamientos perturbadores y compulsivos en cuanto a la higiene y la salud. Igualmente, se relacionan a problemas de pareja y familia. Esta situación traumática tiene un nombre y se le conoce como el Síndrome de la Cabaña.

Según distintos historiadores, el concepto del Síndrome de la Cabaña comenzó a usarse a finales del siglo XIX en América del Norte. Los primeros colonos vivían en cabañas de troncos y pasaban largos inviernos encerrados en las Grandes Llanuras. El clima frío, turbulento y las grandes distancias crearon un aislamiento entre ellos que luego desencadenó en una desconfianza y rechazo a tener contacto con el resto de la civilización.

Es importante que no asociemos el Síndrome de la Cabaña con una enfermedad mental. Se habla de síndrome cuando una persona presenta un conjunto de síntomas y reacciones tras una determinada experiencia. Sin embargo, aunque el síndrome de la cabaña no es una enfermedad psicológica reconocida, sus efectos físicos y emocionales pueden afectar tu calidad de vida. ¿Cómo afrontar el Síndrome de la Cabaña?

Primero. No minimices los sentimientos. Si se reprimen las emociones, la salud se resiente y la situación persistirá o empeorará. Estos comportamientos pueden ir desde darle la vuelta una y otra vez a lo mismo, cerrando la posibilidad de retornar a la normalidad. Y, por otro lado, se relaciona con el uso desmedido de drogas, alcohol o medicación. Aquí la clave es reconocer la emoción que sientes, ya que, aunque aparece, pasará. Quizás sacuda o duela, pero al final, desaparecerá. Sentir conduce a la sanación.

Segundo. Se debe ir, poco a poco, reincorporándose al quehacer diario. Lo importante es exponerte siguiendo las medidas adecuadas que, en este caso, no debe por qué sucederte nada. Aumenta tu tiempo de salida y te darás cuenta de que vencerás el miedo a tener interacción con los demás.

Tercero. Comparte tus vivencias, emociones, pensamientos con tu círculo más cercano. Mientras ventilas lo que pasa en tu interior, liberará tu carga y te prometo que te sentirás mejor.

Cuarto. Establece metas realistas a corto y mediano plazo. Crear un plan con propósito, te hará valorar tu entorno y a crear más confianza en ti. 

Quinto. No tengas prisa, ya que todo es un proceso. Sin embargo, tampoco te paralices. Si entiendes que no puedes manejar tu situación y no sabes cómo regresar a la normalidad, no dudes en buscar ayuda profesional.

Para contactar a la Dra. Yarissa Tolentino, favor de comunicarse al 939-223-8333.

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