
Psoriasis y la salud mental

Uno de cada tres pacientes que acuden por primera vez al dermatólogo tienen sintomatología ansiosa-depresiva producida por enfermedades de la piel como el acné, la psoriasis, la dermatitis atópica y el vitíligo, entre otras.
Existe una estrecha relación entre las enfermedades de la piel y la salud mental. Según la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV) uno de cada tres pacientes que acuden por primera vez al dermatólogo tienen sintomatología ansiosa-depresiva producida por enfermedades de la piel como el acné, la psoriasis, la dermatitis atópica, el vitíligo, entre otras.
En algunos casos, el estrés y la ansiedad son consecuencia de la enfermedad, y pueden producir también que los tratamientos funcionen en menor medida. Mientras que, en otros casos, las emociones actúan como detonantes o factor agravante de los brotes, razón por las que los dermatólogos insisten en la importancia de buscar apoyo emocional tras el diagnóstico.
Una de esas enfermedades que afecta el estado emocional de las personas es la enfermedad psoriásica.
Esto es una enfermedad inflamatoria crónica, sistémica, no transmisible con manifestaciones en la piel que provoca la aparición de lesiones de diferente tamaño. Estas lesiones aparecen sobre todo en codos, rodillas y cuero cabelludo, enrojecidas y recubiertas de escamas blancas que pueden desaparecer, y volver a aparecer en los mismos sitios del cuerpo o en otros.
Sufrir de una enfermedad en la piel como la enfermedad psoriásica causa un alto impacto tanto en el aspecto físico como también en el estado emocional y social de quienes la padecen. Y pueden desencadenar otros trastornos mentales como depresión, trastorno bipolar, esquizofrenia y demencia.
En muchos casos la enfermedad se empieza a manifestar durante la adolescencia, una etapa en la que el miedo al rechazo social y su impacto en la autoestima es mayor.
Algunos estudios presentan que, dado que los trastornos inmunitarios se han vinculado con el desarrollo de los problemas mentales, y la enfermedad psoriásica es una enfermedad inmunitaria, esto podría explicar la conexión con el desarrollo de afecciones mentales.
“La piel y las emociones tienen un vínculo. Es importante que el paciente atienda también esos síntomas que van más allá de la piel,” explica la Dra. Caroline Toro, psiquiatra.
“El paciente de psoriasis puede experimentar rechazo, vergüenza, dificultades en su vida laboral, problemas de autoestima; hasta deja a un lado sus salidas, se aísla debido a la apariencia de su piel y la estigmatización que puede haber en la sociedad por la falta de conocimiento sobre la condición. El tratamiento dermatológico combinado con la atención a la salud mental ayuda a que el paciente acepte la enfermedad y mejorará su calidad de vida,” añadió.