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En bancarrota los hospitales San Pablo

En bancarrota los hospitales San Pablo

Por Zenaida Ramos Ramos

zramoselexpresso@gmail.com

BAYAMON — Tras una prolongada lucha financiera, finalmente el Grupo HIMA San Pablo se acogió a la quiebra.

Los propietarios de los hospitales ubicados en Bayamón, Caguas, Fajardo y Humacao solicitaron voluntariamente una reorganización institucional conforme a la Ley de Bancarrotas, conocida como el Capítulo 11, según divulgaron en un comunicado de prensa.

Aunque anunciaron tal decisión esta semana, El Expresso había adelantado en el artículo “Tristeza y frustración”, publicado en la edición del 3 al 9 de agosto, que el Hospital San Pablo en Bayamón se había acogido a la Ley de Bancarrota según información provista por una profesional de la salud, una de 300 empleados cesanteados por razones económicas.

“Todavía no me han pagado… Entiendo que no van a dar mesada ni liquidación ni incentivos. Escuché que se fueron a quiebra el viernes (21 de julio)”, dijo la profesional de la salud que prefirió permanecer en el anonimato.

En el comunicado de prensa, el Grupo HIMA San Pablo indica que “la reducción en el número de pacientes y los problemas económicos y financieros son el resultado de las cuantiosas deudas de Molina Healthcare y Triple S, que han puesto a la Compañía en un estado de dificultad financiera”.

La aseguradora Triple S le adeuda $27 millones a HIMA y canceló el contrato que tenía con la institución hospitalaria, mientras que Molina Healthcare le adeuda otros $25 millones, según la información que divulgó a la prensa local el abogado Armando J. Rodríguez, presidente del Grupo HIMA San Pablo.

Trascendió también que el Grupo HIMA San Pablo adeuda alrededor de $400 millones. De estos, $300 millones corresponden a hipotecas y $100 a deuda no asegurada.

SIGUEN FUNCIONANDO

Protegidos por el Capítulo 11, los Hospitales HIMA San Pablo continuarán funcionando y “seguirán enfocados en garantizar que sus empleados, médicos y proveedores puedan continuar brindando la atención médica a las comunidades que sirven”, aseguró Rodríguez en declaraciones escritas.

“Los hospitales enfrentan importantes desafíos financieros, que se exacerbaron durante la pandemia (del covid-19). Pero la gota que colmó el vaso fue la decisión unilateral de Triple S de cancelar nuestros contratos en clara represalia por ejercer nuestro derecho a cobrar por nuestros servicios», afirmó el abogado.

Sin embargo, un médico entrevistado por este rotativo reveló que ciertas medidas tomadas por la administración del Hospital San Pablo también habían perjudicado las operaciones y las finanzas de la institución.

Informó que la falta de un buen sistema de facturación afectó las finanzas del hospital. “Nunca tuvo un sistema de facturación sólida. Era bastante deficiente. En facturación tenía un hueco tremendo. Facturaban mal”, aseguró el médico, quien no quiso que se revelara su identidad.

Según las normas del Capítulo 11, “el deudor utiliza el tiempo que transcurre desde el momento de presentar los papeles de bancarrota hasta el momento de confirmar el plan para liquidar la deuda, para reorganizar sus finanzas. Si no puede lograr reorganizar su deuda y recibir la aprobación de un plan para liquidar su deuda, el caso del Capítulo 11 podría ser convertido a conformar con las normas de liquidación del capítulo 7”, informa el Servicio Federal de Rentas Internas (IRS, siglas en inglés).

“Para aprovechar plenamente las leyes de bancarrota y poder empezar de nuevo, es importante que no siga incurriendo en deudas adicionales. Como parte de la reorganización, los negocios deben asegurar que puedan cumplir con todas sus obligaciones financieras futuras, inclusive de los impuestos federales sobre los ingresos y la nómina”, explica IRS en su página cibernética.

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