Por Jessica Quiñones

El reflujo ácido, también conocido como enfermedad por reflujo gastroesofágico (ERGE), es un problema digestivo común que afecta a millones de personas en todo el mundo.

Puede ser una condición persistente y desagradable que interrumpe la vida diaria. Caracterizado por la regurgitación del ácido del estómago hacia el esófago, a menudo provoca acidez estomacal, dolor en el pecho y sabor agrio en la boca. Si bien los antiácidos y los inhibidores de la bomba de protones son opciones comunes para el manejo del reflujo ácido, el enfoque más amplio implica implementar ajustes en la dieta y el estilo de vida.

Además, agregar varias vitaminas y suplementos al régimen podría aliviar los síntomas. Desde calmar los tejidos esofágicos irritados hasta reforzar el proceso digestivo, estas ayudas nutricionales ofrecen un enfoque multifacético para aliviar los síntomas del reflujo ácido. Aquí varias vitaminas y suplementos que pueden ser útiles en el tratamiento del reflujo ácido.

Clorhidrato de betaína (HCL): El clorhidrato de betaína (HCl) es una sustancia que eleva el ácido estomacal. Los niveles bajos de ácido estomacal pueden dificultar la digestión y la absorción de nutrientes y, al mismo tiempo, causar síntomas adversos como acidez estomacal, dolor de estómago y reflujo ácido. Si la acidez estomacal o la indigestión son causadas por una secreción inadecuada de ácido clorhídrico gástrico (HCL), el clorhidrato de betaína podría ofrecer alivio. Con la edad, la capacidad de producir ácido gástrico disminuye, y los estudios muestran que más del 50% de las personas de 60 años o más tienen una baja producción de HCL en el estómago. Esta deficiencia a menudo conduce a gases e hinchazón después de las comidas. Los adultos deben tomar una o dos cápsulas de 500 mg con las comidas hasta tres veces al día para la terapia de reemplazo de HCL. Para digerir la proteína, el producto también debe contener la enzima pepsina o una proteasa fúngica.

Vitaminas B: Las investigaciones han demostrado que las vitaminas B como el folato, la riboflavina y la vitamina B6 pueden ayudar a controlar el reflujo ácido. Un estudio encontró una asociación convincente entre un mayor consumo de estas vitaminas B y una probabilidad reducida de experimentar esofagitis por reflujo, una condición que surge de la inflamación en el esófago a menudo inducida por el reflujo ácido. Además, los niveles más altos de ingesta de folato y vitamina B6 se han correlacionado con un menor riesgo de cáncer de esófago y esófago de Barrett, los cuales pueden manifestarse como complicaciones derivadas de la ERGE prolongada.

Vitaminas A y C: Según un estudio de 2012 en Collegium Arthropologicum, una dieta rica en antioxidantes como las vitaminas A y C podría desempeñar un papel preventivo en la ERGE. Estos antioxidantes sirven como defensores contra los radicales libres, sustancias dañinas que pueden causar daño celular, infecciones y dolencias que pueden agravar los síntomas del reflujo ácido. La investigación realizada en la Universidad de Osijek sugiere que consumir un multivitamínico que contenga vitaminas A y C podría beneficiar la salud digestiva y aliviar los síntomas relacionados. Los alimentos ricos en vitamina A, como el hígado, los huevos, las batatas, calabazas, zanahorias y espinacas, junto con las fuentes ricas en vitamina C, como los pimientos, brócoli, naranjas (chinas), limas, limones y kiwis, pueden ayudarte a satisfacer tus necesidades nutricionales.

Vitamina E: Con sus propiedades antioxidantes, la vitamina E puede proteger contra el desarrollo de ERGE, al mismo tiempo que promueve un sistema inmunológico y un corazón saludables. Sin embargo, debido a problemas de salud relacionados, como el riesgo de accidente cerebrovascular, los suplementos de vitamina E deben usarse con precaución. Se recomienda consultar con un profesional de la salud antes de considerar dichos suplementos. Alternativamente, puedes obtener vitamina E naturalmente de alimentos ricos en nutrientes como espinacas, aceite de oliva, aguacate, nueces y mantequilla de nueces.