Dra. Yvonne Laracuente Bernat

En Puerto Rico, posterior al huracán María las caídas se posicionaron en la segunda causa de traumas registrados entre los adultos mayores de 50 años.

Del mismo modo, la Organización Mundial de la Salud indica que las caídas representan la segunda causa de muerte a nivel mundial por traumas involuntarios. Incluso describen que aproximadamente 684,000 adultos mayores perderán la vida debido a alguna caída anualmente y son las personas mayores de 60 años quienes sufren más de caídas mortales.

“Las caídas son sucesos involuntarios que hacen perder el equilibrio y dar con el cuerpo en el suelo o en otra superficie que lo detenga” —OMS, 2021, párrafo 1.

Dentro de las consecuencias de las caídas están las hospitalizaciones, lesiones graves en la cabeza y órganos internos, muerte, dificultad para realizar las actividades del diario vivir, independencia, miedo a caerse, fracturas y lesiones.

Por tal motivo, para evitar estas consecuencias es imperativo describir los factores etiológicos y las medidas que ayudan a prevenir este evento. —Rubenstein, OMS, 2021).

PREVENCIÓN DE CAÍDAS

Entre las intervenciones para prevenir y manejar las caídas en el adulto mayor están:

Utilizar dispositivos de asistencia al caminar (bastón y andador).

Recibir una evaluación médica del sistema nervioso central, fuerza muscular, coordinación y equilibrio.

Evaluar el uso de medicamentos prescritos (dolor, sedantes, antihipertensivos, depresión).

Auscultar por el uso de alcohol excesivo.

Revisar la visión anualmente.

Utilizar el calzado adecuado.

Adquirir detectores de movimientos.

Retirar los obstáculos y cables eléctricos del piso.

Colocar barras de apoyo en las bañeras e inodoros.

Descartar las alfombras sueltas.

Utilizar alfombras deslizantes en el baño y cocina.

Utilizar calcetines antideslizantes.

Colocar tiras adhesivas de colores brillantes en los bordes de escalones de escaleras.

Iluminar y colocar pasamanos fuertes en las escaleras.

Colocar tiras antideslizantes en las escaleras.

Levantarse lentamente luego de haber estado acostado y sentado.

Colocar teléfonos inalámbricos por toda la vivienda.

Realizar ejercicios para mejorar la fuerza y el balance.

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La autora es especialista auxiliar en gerontología del Servicios de Extensión Agrícola, de la Universidad de Puerto Rico.