Por Zenaida Ramos Ramos

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VEGA ALTA — Tomasita Guardiola Avilés, su esposo Juan Cáceres Cruz y Lillian Pantoja residen en el barrio Bajura hace más de 15 años, pero aseguran que la tranquilidad y el aroma fresco en sus hogares finalizaron desde que un vecino estableció en su patio un establo pequeño con cuatro caballos.

“La dueña de ese solar alquiló ese terreno a Justino Díaz, primo de ella. El señor murió y se quedó el esposo de la nieta. Metieron tres caballos (luego nació otro) desde hace dos años. Hicieron esa jaula y ahí metieron los caballos”, informó Cáceres Cruz durante la visita de El Expresso al barrio.

Los caballos se acercan a la verja que separa las casas y cuando hay heces fecales, “no podemos abrir las ventanas por la peste. Hay un mosquero. De verdad que estamos bien alterados de los nervios”, dijo Guardiola Avilés.

Pantoja, quien vive hace 18 años en Bajura, agregó que “esa peste cuando llueve se revuelca. Hay muchas plagas moscas y mosquitos”, afirma.

“Es insoportable vivir aquí. A mi mamá no la puedo tener afuera (por el mal olor). Llevo dos años con esta cuestión”, sostuvo Cáceres Cruz, residente de Bajura desde el 1989.

Cuando El Expresso visitó la residencia del matrimonio, los caballos se encontraban en el establo, ubicado a poca distancia del patio de Cáceres Cruz. Este enseñó los documentos de los trámites que ha hecho para resolver este asunto vecinal y fotos del potro y los animales cerca de la verja.

ZONA URBANA

El entrevistado informó que contrató a una abogada de Vega Alta y ha notificado el problema a la alcaldía y al Departamento de Recursos Naturales y Ambientales (DRNA), entre otras oficinas del gobierno. Mostró varias mociones de la jueza Aida Meléndez Juarbe, del tribunal de Vega Baja, quien vio el caso y les expresó que, si la zona residencial es urbana, hay que remover los caballos.

La Junta de Planificación determinó que su residencia está ubicada en una zona urbana, donde no se permiten talleres ni crianza de animales como los caballos.

A pesar de todas las gestiones de Cáceres Cruz no se ha tomado acción para que su vecino desmantele el establo y reubique los equinos a otro lugar, aseguró el matrimonio. “En Secretaría, una señora que recibe los papeles me dijo que ella (la juez) todavía no ha tomado una decisión sobre el caso… Hablé con Recursos Naturales estatal. Me dijeron que tenía que primero bregar con el municipio. A los envejecientes (la Oficina del Procurador de las Personas de Edad Avanzada) llamé también por la cuestión de mi mamá (de 94 años). Ellos se creen que esto es bochinche de vecinos, pero no es un bochinche”, es un asunto de salud, expresó desesperado Cáceres Cruz.

INDIFERENCIA OFICIAL

Pantoja, quien convalece de una cirugía en uno de sus hombros, mencionó al respecto: “Yo fui a la vista que se hizo por WhatsApp con la jueza Aida Meléndez Juarbe (y otros dos vecinos). Lamentablemente, todo se ha quedado en el olvido. Aquí el sistema no hace na’. La jueza dijo que esto es zona urbana. Esto aquí no es campo para tener animales así. Están de oídos sordos. Así está este país, al garete. La gente haciendo lo que les da la gana y no respetan a las personas mayores que vivimos en esta comunidad”.

La escuela Apolo San Antonio colinda también con el patio del vecino de Cáceres Cruz, quien habló con la directora sobre los caballos, pero esta no ha hecho gestiones para removerlos.

Cáceres Cruz dijo que decidió denunciar su problema a este rotativo con la esperanza de que lo solucione pronto algún funcionario del gobierno. “A través del periódico, el municipio ve la comunicación o cualquier agencia ve la situación y nos pueden ayudar, y se contactan conmigo. La gente lee periódicos y más en las alcaldías. (Espero) que alguien nos ayude para tener calidad de vida porque no puedo disfrutar de mi patio”, dijo esperanzado.

El Expresso se acercó a la casa del vecino de Guardiola Avilés y Cáceres Cruz para que se expresara sobre esta situación, pero éste no se encontraba el viernes, 7 de julio. El matrimonio indicó que el dueño de los caballos fue temprano ese día, que él reside en otra casa y solo acude a Bajura para atender a sus animales.