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«Star Wars» cambió a Hollywood

«Star Wars» cambió a Hollywood

Gerardo Domínguez

EFE / REPORTAJES

                Su estreno supuso el adiós definitivo al Hollywood clásico.      Una de las premisas del Hollywood anterior a “Star Wars” fue dar por hecho que las taquillas cinematográficas eran cosa de adultos. Aunque existía una importante producción de películas para jóvenes y niños, los grandes estudios no tomaban demasiado en serio esta audiencia.

                El éxito de películas como “El Padrino” de Coppola, marcaban la tendencia en las taquillas. Películas con tramas complejas y contenido no apto para todas las edades, dirigidas por realizadores consagrados en los que brillaba el rutilante “star system” de la época.

                Con el estreno de “Star Wars”, su director George Lucas, demostró que una producción de argumento sencillo y temática juvenil, realizada por un cineasta casi desconocido y sin grandes actores en sus títulos de crédito podía ser una mina de oro.

                Frente a las pantallas, Lucas reunió a multitudes de jóvenes y también adultos acompañando a sus hijos menores, que hicieron de la película un antes y un después. Un fenómeno que cambió para siempre las reglas del juego en Hollywood.

                A partir de ese momento los grandes éxitos de taquilla (“blockbusters”) tendrían argumentos más simples y estarían levantados sobre efectos especiales que hicieron posible construir de manera realista imágenes hasta ese momento exclusivas de la imaginación.

                Además, hizo multimillonario a su director, que renunció a parte de su sueldo a cambio de los derechos sobre toda la iconografía generada con motivos de la película, una práctica que se ha convertido en una de las partes más lucrativas del negocio cinematográfico.

UNA GALAXIA MUY LEJANA

                ¿Pero cuál fue el secreto del éxito de “Star Wars”? Con un argumento muy sencillo, que es solo una pequeña variación de una historia repetida desde tiempo inmemorial y enmarcada en un universo deudor de la estética del “Flash Gordon” de Alex Raymond, se hace difícil intuir la fórmula que hizo que el fenómeno “Star Wars” siga vivo casi medio siglo después.

                Tampoco destaca la originalidad del trío protagonista. El primero, Luke Skywalker, es un personaje hundido en el tedio de una vida vulgar y anodina, a quien el destino reserva un papel fundamental en el devenir del universo.

                Por su parte el cínico y ventajista Han Solo, es un mercenario que pone precio a sus servicios. El triángulo lo cierra una mujer, la princesa Leia, una heroína feminista.

                Como manda la tradición, la relación de los protagonistas también tiene connotación romántica. Con estos elementos nada prometedores, George Lucas construyó un universo propio y original. Con naves espaciales, que a diferencia de las que nos había mostrado la ciencia ficción anterior fallaban y estaban llenas de grasa. Exactamente igual que el coche que esperaba al espectador a la puerta del cine.

                La mitología particular de Lucas tenía su mejor complemento en los personajes secundarios, ejemplares de todo tipo de razas galácticas, que daban forma y color al mundo ideado por su creador. Además “Star Wars” incorporaba un toque tecnológico, muy del gusto de los amantes de los avances técnicos que empezaban a desarrollarse, con la presencia de androides y robots. Máquinas que a diferencia del existencialismo y complejidad del Hal 9000 de “2001: una odisea del espacio”, de Stanley Kubrick, interactuaban gustosos con los protagonistas sin hacerles preguntas incómodas.

45 AÑOS DESPUÉS

                En la presentación de la película en 1977 se avisaba de que “Star Wars” era solo el cuarto episodio de una saga. Una ingeniosa manera de justificar las entregas posteriores de la serie. En ellas se daría respuesta a las preguntas que concitaba el estreno. Es decir, y que nos perdone si alguien todavía no conoce el argumento, el origen del imperio totalitario que gobernaba el universo y el destino de sus habitantes tras la caída del emperador.

                En total se han estrenado nueve partes de la saga (la última en 2019) que, como era de esperar, han provocado reacciones de todo tipo. Por una parte, los puristas, que piensan que solo la trilogía original merece ser tomada en serio y consideran un anatema las películas posteriores. Otros en cambio consideran que la saga ha evolucionado de acuerdo al mercado y que cada época tiene reflejo en su episodio correspondiente.

                Lo cierto es que “Star Wars” ha llevado a los cines a varias generaciones de espectadores. Los estrenos de las nuevas entregas son todo un acontecimiento que atrae a un público fiel, que acude disfrazado de sus personajes favoritos y rodeado de la parafernalia que forma la particular mitología de la película.

                En resumen, 45 años viajando por galaxias muy, muy lejanas, acompañando a héroes con los que nos identificamos y que nos prometen un final feliz y catártico, lejos de la dura y tediosa realidad que se cuela en nuestros informativos diarios.

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