Por Yolanda Rivera

Las palabras que utilizamos para expresarnos afectan nuestro bienestar emocional. Hay palabras que su connotación nos colocan en el papel de víctima. Es una forma de tomar todos nuestros eventos de forma personal.

Comencemos con la palabra “culpa”. Siempre estamos buscando quién tiene la culpa; tiene una connotación negativa. Cuando intercambiamos la palabra “culpa” por “responsable” la connotación y la expresión se siente y se recibe diferente.

Aprendí a sustituir siempre la palabra “culpa” por “responsable”. No es lo mismo, ni nos sentimos al igual al expresar: “soy responsable de ese acto” vs “soy el culpable de ese acto”. Lo mismo sucede cuando deseamos comunicar que una relación terminó. Se siente diferente cuando decimos “él me dejó” vs decir “el decidió terminar con la relación”.

En el campo laboral es muy común escuchar “me botaron del trabajo”. Esa expresión emocionalmente nos afecta. Debemos decir: “la organización decidió prescindir de mis servicios”. Cada palabra afecta la forma en que los otros me perciben. Es importante que tomemos conciencia del vocabulario que utilizamos. Según nos expresamos nos proyectamos.

Lo más saludable para todos es hablar siempre desde lo que sentimos. De esa forma no obligamos a nadie a defenderse. Lo que sentimos nadie lo puede cuestionar. Las emociones son nuestras y no se clasifican ni como positivas ni negativas. Simplemente son y lo importante es cómo las manejamos.

Nosotros somos responsables del trato que recibimos de los demás. Es nuestra responsabilidad establecer límites. Somos responsables de lo que decimos y hacemos y no somos responsables de los que los otros dicen y mucho menos lo controlamos.

Hay que comenzar a expresarnos de forma asertiva. Somos lo que decimos y es importante hablar desde la verdad. Cuando escuche a su hijo decir “me colgué en un examen” usted le explica: “hijo, usted no se colgó.” Debe decirle que obtuvo una baja puntuación a pesar de que estudió el tema. Usted no fracasa, usted trabaja su proyecto y no resultó con las expectativas esperadas. Aun así, la experiencia es importante y el aprendizaje es importante.

La palabra es nuestra herramienta para comunicar y lo debemos hacer correctamente. Recuerda, nunca es tu culpa, es tu responsabilidad y asumes las consecuencias. Culpable nunca.